Empecemos diciendo que no tenemos una bola de cristal y sabemos que no estamos en posesión de la verdad, por lo que podemos errar perfectamente en nuestro análisis. Nos limitamos a dar los motivos razonados que nos hacen atribuir a esa tesis una alta probabilidad de suceso pero, como todos sabemos, los mercados mandan y son los que terminan dando o quitando la razón a los argumentos. Comenzamos.
En este artículo, vamos a discutir los motivos por los que los mercados podrían entrar en recesión entre el segundo y el tercer trimestre de este año. Los indicadores adelantados asignan una alta probabilidad de que la economía americana entre en recesión y The Conference Board asigna una probabilidad del 99%. La última campaña de resultados no ha sido mala, si bien ha dejado entrever mayor debilidad que en trimestres anteriores, algo consistente con un escenario de potencial deterioro en el futuro.
Además, debemos fijarnos en el papel de los bancos centrales en el actual ciclo económico. Los efectos de las subidas de los últimos meses de tipos de interés no han hecho más que empezar a dejarse notar en la economía real con un desfase de entre 9 y 12 meses. Por ese motivo, entraría dentro de lo esperable que la actividad económica tendiera a enfriarse en los próximos meses.
La combinación de unos principios contables que muestran todas sus debilidades en situación de estrés como las actuales, una política de tipos 0% durante mucho tiempo que ha llevado a una sobrevaloración histórica de la cotización de los títulos de deuda, y una cuestionable gestión de riesgos por parte de algunos bancos, han provocado problemas de liquidez en entidades haciendo saltar las alarmas. Powell está entre la espada y la pared ante una potencial crisis de confianza en el sistema financiero, creemos que no tendría más remedio que transmitir tranquilidad y seguridad en que las medidas aprobadas serán suficientes para contener un posible contagio.
Ambas políticas también tendrían impacto en la economía real, ya que los efectos de las subidas de los últimos meses de tipos de interés no han hecho más que empezar a dejarse notar. La inyección masiva de liquidez en el sistema, aunque no es el único, es uno de los principales factores que han provocado una histórica subida de la inflación, por lo que, ante un escenario de agravamiento de la inestabilidad financiera, mayor serán después los esfuerzos necesarios para contener una inflación, salvo que converjan en el tiempo una crisis financiera y una recesión económica.
Por otro lado, la tasa de paro en la economía americana se encuentra en situación de pleno empleo. Adicionalmente, la curva de rendimientos acaba de hacer el viernes pasado nuevos mínimos en su inversión de los spreads 10y-2y, 10-3m y 30y-5y. Esta configuración es más propia de techos que de suelos del mercado, y tiene sentido ya que, por un lado, la inversión de la curva de rendimientos implica falta de confianza sobre el futuro de la economía.
La renta variable americana ha continuado mostrando salidas netas de efectivo, algo que consideramos poco compatible con un desarrollo alcista sostenido en el tiempo. Es por eso que, en conclusión, nos mostramos cautos y estamos atentos a los mercados.