Los líderes de Estados Unidos, Australia y Gran Bretaña han anunciado un importante plan para dotar a Australia de submarinos de ataque de propulsión nuclear, como parte de su estrategia para contrarrestar las ambiciones de China en el Indo-Pacífico. El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, y el primer ministro británico, Rishi Sunak, han respaldado el proyecto AUKUS, según el cual Australia comprará tres submarinos estadounidenses de propulsión nuclear y se desplegarán submarinos estadounidenses y británicos en Australia Occidental para ayudar a entrenar a las tripulaciones australianas y reforzar la disuasión.
La producción y operación británica y australiana de una nueva clase de submarinos de propulsión nuclear, construidos en Gran Bretaña y Australia según un diseño británico, usando tecnología de la clase Virginia, será el resultado final del proyecto AUKUS. Según el acuerdo, Australia tendrá la opción de comprar dos submarinos más si es necesario. Por otro lado, los submarinos británicos construidos con este diseño se entregarán a finales de la década de 2030, y los primeros submarinos australianos les seguirán a principios de la década de 2040.
El objetivo de Estados Unidos es comenzar los despliegues rotativos con un único submarino a partir de 2027 y, dentro de unos años, aumentar la cifra a cuatro submarinos estadounidenses y uno británico. De esta manera, Washington compartirá tecnología de propulsión nuclear por primera vez desde que lo hiciera con Gran Bretaña en la década de 1950.
AUKUS ha sido condenado por China como un acto ilegal de proliferación nuclear. Sin embargo, los líderes de los tres países involucrados consideran que el proyecto es una medida necesaria para proteger los intereses de la región del Indo-Pacífico.
En resumen, el proyecto AUKUS se presenta como una estrategia fundamental para contrarrestar las ambiciones expansionistas de los países rivales, en este caso China, en el área del Indo-Pacífico. El desarrollo de una nueva clase de submarinos de propulsión nuclear permite a los tres países involucrados mantener y proteger sus intereses estratégicos en la región.
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