El primer año del gobierno progresista de Gabriel Boric en Chile ha estado marcado por la crisis coyuntural internacional, la cual ha sido abordada con medidas sociales y verdes similares a las de las grandes economías europeas. Además, la élite financiera ha maniobrado para defender el sistema ultraliberal, generando críticas hacia el gobierno. En este contexto de incertidumbre global, Chile es el único país en Latinoamérica que probablemente entre en recesión, lo que se traduce en una contracción económica de alrededor del 1%.
No obstante, el gobierno de Boric ha adoptado medidas responsables a nivel fiscal, a diferencia de su predecesor, lo que crea bases más sólidas de cara a la recuperación futura. Sin embargo, la desigualdad estructural de la sociedad chilena y la subida de la tasa de interés, la tercera más alta de la región, son factores que influyen negativamente en el desempeño económico de la Administración Boric.
A pesar de las críticas, desde el exterior se observa con más benevolencia la difícil situación que enfrenta el gobierno de Chile en cuanto a la economía se refiere. Se reconoce el pragmatismo que ha mostrado Gabriel Boric en sus últimas decisiones, lo cual podría ayudar al país a atraer capital y restaurar el crecimiento económico.
En conclusión, el gobierno de Gabriel Boric ha enfrentado un primer año económico marcado por la crisis coyuntural internacional, pero ha adoptado medidas responsables a nivel fiscal, lo que genera esperanzas en una pronta recuperación.
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