Túnez podría recibir antes de junio el crédito del FMI de 1.900 millones de dólares, según Fitch Ratings. La agencia de calificación de riesgo financiero pronostica que el primer tramo del crédito pendiente de aprobación desde diciembre podría llegar antes de terminar el segundo trimestre de 2018. El informe de Fitch Ratings también señala que Túnez podría recibir más de 5.000 millones de dólares en financiación externa, principalmente de acreedores oficiales en Europa y el Golfo. En total, esta financiación representaría alrededor del 65% de las necesidades de financiamiento del gobierno en 2023, según la institución financiera.
El resto del monto podría ser aportado por bancos locales sin ejercer una presión «significativa» sobre su liquidez, y el apoyo de los acreedores continúa condicionado a la aprobación del crédito del FMI. Desde que el comité directivo desprogramó su evaluación en diciembre sin motivo oficial, la modificación de la ley de empresas del sector público y el progreso de las autoridades en concretar un plan de financiamiento actualizado han mejorado las perspectivas.
Fitch Ratings señala que el déficit presupuestario de Túnez pasaría del 7,3% en 2022 al 5,7% en el ejercicio actual gracias a medidas como la contención de la masa salarial y del gasto de subvenciones públicas. Además, Túnez evitaría la reestructuración de la deuda asegurando fondos suficientes para cubrir los vencimientos de su deuda externa, aunque «la calificación de ‘CCC+’ indica que el incumplimiento es una posibilidad real».
El préstamo de 900 millones de dólares obtenido a finales del pasado año, principalmente del banco panafricano Afreximbank y de la vecina Argelia, «proporcionó cierto alivio y estabilizó las reservas oficiales en alrededor de tres meses de importaciones». Incluso si se aprueba este crédito, las tensiones financieras externas podrían reaparecer rápidamente si Túnez no cumple los objetivos del programa y se suspenden los desembolsos adicionales así como la financiación bilateral.
Fitch Ratings concluye que la adhesión de Túnez a los programas del FMI ha sido débil históricamente y que la capacidad del gobierno para implementar los compromisos de reforma bajo el Acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF) podría verse amenazada si aumenta la inestabilidad social y algunas reformas, como las de las empresas estatales y los subsidios, pueden generar una fuerte oposición de la influyente UGTT.