La eurozona muestra grietas en su recuperación económica debido a varios indicadores tímidos y frágiles. El aumento de los precios de la energía y del costo de los préstamos ha impactado la moral de las empresas, el gasto en inversión y la confianza de los consumidores en el bloque. Además, aunque hubo algunos datos económicos mejores de lo esperado durante el invierno, el informe sobre comercio minorista y las cifras de la construcción indican que no hay repunte a la vista.
Las ventas minoristas en la zona euro, que es un buen indicador de la demanda de los consumidores, aumentaron un 0,3% en el mes, por debajo del 1% esperado, lo que sugiere «un débil comienzo de año para el consumidor en medio de unos precios obstinadamente altos», según Bert Colijn, economista de ING. Los datos de la semana pasada también mostraron que la inflación en Alemania, Francia y España se aceleró inesperadamente en febrero.
El índice Sentix, una medida clave de la moral de los inversores, cayó de forma inesperada en marzo por primera vez desde octubre, arrastrado por el declive de las expectativas. El índice sobre la situación actual subió por quinto mes consecutivo, pero aún se mantiene por debajo de cero, lo que indica una economía estancada.
El PMI de la construcción de la zona euro de S&P Global ofreció noticias ligeramente positivas para el sector el lunes, pero aún se mantuvo por debajo de la marca de 50 que separa la expansión de la contracción.
El Banco Central Europeo está subiendo las tasas al ritmo más rápido de la historia, y su economista jefe, Philip Lane, dijo el lunes que es probable que la entidad siga subiéndolas después de una subida de 50 puntos básicos este mes. Todo esto hace que el crecimiento económico y la confianza empresarial también se estén frenando.
En resumen, la eurozona muestra grietas en su recuperación económica y se percibe que la situación no mejorará a corto plazo.