La otra novedad principal que introduce la ley consiste en la obligación de mantener las piezas necesarias de reparación y de un servicio técnico adecuado hasta 10 años después de que dicho producto deje de fabricarse, doblando así el periodo de 5 años obligatorio hasta el año pasado. No vale ya, pues, inflar presupuestos de reparación argumentando la dificultad para encontrar una pieza determinada o la excusa de que ‘esto ya no se fabrica’.
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