Los agricultores de Estados Unidos están buscando expandir sus cultivos de maíz, soja y trigo este año, aprovechando la reducción de los suministros por la guerra en Ucrania que ha aumentado los precios. Según un informe del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, los agricultores planean sembrar 91,996 millones de acres de maíz, lo que supone un aumento respecto al año pasado y la tercera mayor cantidad en una década. Asimismo, planean sembrar 87,505 millones de acres de soja, lo que también representa un aumento y la tercer mayor superficie jamás registrada.
Se espera que todos los cultivos de trigo aumenten a 49,855 millones de acres, aunque los analistas han advertido que los acres cosechados podrían ser mucho menores debido a la sequía en las llanuras del sur y las condiciones de siembra de trigo de primavera excesivamente húmedas en las zonas del norte.
Los suministros mundiales de cereales han caído a mínimos de casi una década tras la invasión de Rusia a Ucrania, un proveedor clave de granos. Esto ha provocado que sean necesarias mayores cosechas en otros importantes productores como Estados Unidos para reponer las existencias y moderar la inflación de los alimentos.
El pronóstico de siembra de maíz del USDA estuvo por encima de la estimación promedio de los analistas, mientras que la perspectiva de siembra de soja no alcanzó los niveles proyectados por el mercado. En el informe trimestral de existencias de granos emitido el mismo día, la agencia informó que las existencias de trigo de Estados Unidos al 1 de marzo se redujeron a 946 millones de bushels, el nivel más bajo en 15 años.
Las existencias de maíz y soja también cayeron a mínimos de nueve y dos años, respectivamente. Según los analistas encuestados por Reuters, estas cifras eran esperadas pero las existencias de trigo eran inferiores a lo que se había anticipado.
Como resultado de todo esto, los futuros de la soja en la Bolsa de Cereales de Chicago subieron a un máximo de casi dos semanas después del informe del USDA. Los futuros de maíz sumaron un 1,2% mientras que los futuros de trigo cayeron un 0,5%.
En definitiva, los agricultores de Estados Unidos están aprovechando la situación actual para expandir sus cultivos y reponer las existencias de cereales, lo que puede tener un impacto positivo en la inflación de los alimentos a nivel mundial.